Con los leones rampantes de una de las esquinas más bellas de Zaragoza.
Siempre el león, emblema de la ciudad como símbolo de fuerza y poder desde el siglo XII.
El león es el animal con el que se identifica a Zaragoza.
Figura en el escudo de la ciudad, en la bandera, en el Real Zaragoza, en el edificio de Correos, en el Puente Piedra... y también aquí, en la bellísima decoración con espectacular cerámica de rica, colorida y vitalista policromía de una esquina de la calle San Gil o Don Jaime I con Estébanes - El Tubo, que fue marca distintiva de Rived.
El escudo heráldico de la familia de los Establecimientos Rived -que llegaron a contar con tres tiendas, farmacia, perfumería y fotografía- está flanqueado por dos vibrantes leones rampantes.
Fue el arquitecto zaragozano Teodoro Ríos Balaguer, con padres oriundos de Benabarre (Huesca) quien acometió en 1918 la vistosa reforma de este emblemático edificio ubicado en el entorno de la antigua Judería de Zaragoza.
Cuenta la historia, cuenta la leyenda que es el león y no otro animal, el símbolo de Zaragoza porque cuando falleció en 1134 el rey aragonés Alfonso I llamado El Batallador conquistador de Zaragoza en 1118 dejó un vacío de poder -con el riesgo de una nueva invasión musulmana en la ciudad- que hizo que Alfonso VII, por aquel entonces rey de León y Castilla, la ocupara para, en teoría, defenderla.
Alfonso VII fue rey de Zaragoza hasta el verano de 1136 y cedió el animal heráldico a nuestra ciudad.
La figura de un león rampante es la marca de los reyes de León y su uso en el emblema de Zaragoza se justifica por la pertenencia del reino zaragozano al monarca durante ese breve período.
Zaragoza, ciudad de leones...

No hay comentarios:
Publicar un comentario