Loarre, en aragonés Lobarre, es un pequeño -gran- pueblo situado a unos 800 metros de altitud en la Comarca de la Hoya de Huesca.
Su mayor estandarte es el medieval Castillo de Loarre, uno de los más importantes de Aragón y considerado como la fortificación románica mejor conservada de toda Europa.
Pero en la propia Villa de Loarre no hay que perderse la Iglesia de San Esteban con su singular torre de estilo gótico tardío (s.XVI), su monumental antigua Casa Consistorial renacentista, su pequeño pero encantador puente medieval, su gran Fuente del año 1.552, sus grandes casonas solariegas e innumerables elementos de carácter tradicional y popular.
En la fotografía, en primer término y detrás del panel informativo de la población se conserva el antiguo Molino Aceitero que estuvo en funcionamiento hasta la década de los años 70 del siglo pasado.
El municipio de Loarre, además del propio pueblo de Loarre, lo componen Linás de Marcuello, Santa Engracia de Loarre y Sarsamarcuello, sin olvidarnos de los despoblados de Novalla, Liso y Jabarrillo.
La historia de Loarre comienza cuando allá por el ya lejano año 1.016 se empieza a levantar su grandioso castillo.
La economía de las gentes de Loarre sigue basada mayoritariamente en el sector primario aunque el turismo ha cobrado gran importancia merced al propio Castillo y también a los preciados recursos naturales y patrimoniales del lugar.
Loarre llegó a contar con más de 1.500 habitantes a principios del s.XX. Actualmente su población ronda los 350 habitantes.
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