Cuenta la historia, cuenta la leyenda que "Almonacid" viene del árabe "Almonastir", "Almonestir", lugar fronterizo, monasterio...
Aunque posiblemente este lugar ya estuviera poblado en época celtibérica y posteriormente romana, es la impronta musulmana la que aún a día de hoy sigue impregnando las viejas esencias de la localidad a través de su toponimia, el sinuoso trazado de sus calles, la tradición alfarera y sobre todo, las viejas piedras de este castillo, en origen islámico.
Al-Udri (1003-1085), cronista y geógrafo andalusí dejó escrito que tanto el Castillo como la Villa de Almonacid de la Sierra fueron fundados por el musulmán al-Munascid.
Cuando el rey aragonés Alfonso I El Batallador reconquistó el lugar en 1118, la mayoría de los musulmanes permanecieron en la villa, dicen que respetándose sus usos y costumbres... hasta su expulsión en 1610.
Fue entonces, a raíz de la llegada de Alfonso I, cuando el Señorío y Castillo pasó a manos de la Condesa Doña Sancha, hija del rey Ramiro I de Aragón y hermana del rey de Aragón, Sancho Ramírez. La Condesa Doña Sancha dirigió el Monasterio de Siresa y llegó a regir el obispado de Pamplona.
En 1255 la fortificación ya estaba, por concesión de Jaime I El Conquistador-en aragonés, Chaime lo Conqueridor- , en poder de Pedro Martínez de Luna, fundador de los Luna de Almonacid, una de las ocho Casas más importantes de Aragón y de los que derivarían los de Illueca, con la principal figura del llamado "Papa Luna", Benedicto XIII, cardenal y pontífice aragonés.
Durante muchos años, el Castillo de Almonacid fue de dominio de una de las ramas de los Luna.
Sería hacia 1414 cuando pertenecería a los Urrea por venta del rey a Pedro Ximénez de Urrea -quien sería primer Conde de Aranda-, tras confiscárselo a Antón de Luna, se cuenta que por su colaboración con el conde de Urgel en la guerra civil de principios de ese siglo.
Sería la Casa del Conde de Aranda quien regiría los destinos de Almonacid de la Sierra y de su castillo hasta la supresión de los Señoríos en 1812.
Con el tiempo, el castillo, que también fue utilizado como cárcel y destrozado a cañonazos en la Guerra de la Independencia (1808-1813), pasaría a propiedad municipal hasta la década de los años 70 del siglo pasado, cuando puesto a la venta, pasó a manos, hasta el día de hoy, de propietarios particulares.
Viejas y mágicas piedras, fieles testigos de la historia de Almonacid de la Sierra a las que habría que unir -por su valiosa y capital importancia- los viejos y mágicos "papeles" que se encontraron en las obras de una casa en el verano de 1884 y que resultaron ser Manuscritos coránicos de los últimos musulmanes en España.
Esta histórica colección actualmente se custodia en la biblioteca Tomás Navarro Tomás, del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid.
Este conjunto de libros moriscos, manuscritos árabes y aljamiados de Almonacid de la Sierra están considerados unos de los más importantes de los hallados en la península ibérica.
El roído castillo, sigue impresionando en su vista exterior, tanto por sus dimensiones (casi un rectángulo de unos 40x25 metros) como por los voluminosos zaborros que milagrosamente siguen allí en esos muros, en gran parte descarnados, desafiando a los hombres y la misma fuerza de la gravedad.
Dos de los restos de sus antiquísimos seis torreones cuadrados, actualmente están ocupados uno, por vivienda y el otro, por almacén, siendo también los únicos que presentan cubierta.
Viejas y apasionantes piedras, viejos y fascinantes papeles... que nos dan idea de la importancia que a lo largo de la historia ha jugado Almonacid de la Sierra en el siempre mágico Reino de Aragón.
El castillo, que en su aspecto externo muestra, con aparente fragilidad, pero aún con gran orgullo, todas y cada una de las arrugas que le ha infringido la vida, resulta francamente entrañable.
En sus días, en sus buenos días, debió de ser impresionante.
Almonacid de la Sierra... Comarca de Valdejalón... Zaragoza.

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