Uno de los patrimonios arquitectónicos más curiosos -y poco conocidos- de Tauste es la existencia de Casas Cueva y Bodegas-Neverías.
Tanto las casas-cueva como las bodegas se realizaron a pico y pala excavando en las rocas y entrañas de la tierra.
Las Neverías, lógicamente, orientadas a la umbría (en la subida a los restos del Convento de San Cristóbal y en la Peña de las Neverías) al contrario que las primeras que buscaban una orientación, sobre todo, protegida del cierzo, como es el caso de la situadas en el Barrio de San Antonio.
Algunas casas-cueva fueron excavadas en el s.XIX y en el XX por familias de escasos recursos que vinieron a trabajar en las numerosas tejerías y hornos de cerámica que llegaron a existir en Tauste.
Algunas de estas casas-cueva llegaron a disponer de huerto e incluso de corral para conejos, tocinos y gallinas además de granero y bodega.
El escritor aragonés Ramón J. Sender (1901-1982) llegó a vivir en Tauste y quedó impactado por la existencia de estas casas-cueva y sus habitantes en su infancia.
En su novela "Crónica del Alba" hay un episodio donde aparece un mendigo ciego habitante de esas casas-cueva.
En su obra "Réquiem por un campesino español" también se nombra a las casas-cueva cuando el Mosén debe de acudir a una de ellas a dar la extremaunción a un moribundo.... "el techo de la roca era muy bajo, casi no se podía estar de pie, no existía otra ventilación que la de la puerta de entrada y no había luz, ni agua ni fuego".
A día de hoy, algunas de estas Casas-Cueva aún siguen habitadas.
Tauste... Comarca de las Cinco Villas... Zaragoza.
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