Con las viejas y mágicas piedras del Castillo de Naval, Aragón...
y con la genuina arquitectura tradicional y popular.
Es en la parte más alta de la población, sobre cerro testigo y enfrente mismo de la Colegiata de Santa María donde se encuentran los restos más visibles del Castillo de origen musulmán de Naval.
En aquellos lejanos siglos, la fortificación defendía Barbastro frente al Castillo de Abizanda que se encontraba en manos cristianas.
En 1.084 fue conquistado por los cristianos pero los musulmanes lo recuperaron en 1.092.
En 1.095 fue definitivamente reconquistado por el rey Pedro I de Aragón.
En 1.275 el castillo estaba en poder de Fernán Sánchez, hijo del rey de Aragón Jaime I, El Conquistador.
En 1.398 pasa a ser propiedad del señorío de la familia de los Torrellas y lo sería durante 4 siglos.
Con el tiempo, perdida su función, la mayoría de sus piedras serían reaprovechadas en otras construcciones.
Hoy en día, solo se puede ver con claridad -y junto a una preciosa construcción tradicional y popular-, los restos de un cubo de muralla de mampostería de lo que fue aquel viejo castillo.
Es una lástima que los vestigios de la fortificación no estén consolidados y que su recinto no se pueda ver ni disfrutar ya que está todo vallado y no se puede acceder a él.
La magia de Naval en el Somontano de Barbastro, Alto Aragón.
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