El pequeño -gran- pueblo de Riglos, bajo las majestuosas moles de los Mallos de Riglos, Pirineo Aragonés.
"Mallo" es una palabra aragonesa, también muy utilizada genéricamente en el castellano, que viene a significar formación geológica vertical que está o aparenta estar exenta.
Se cuenta que las joyas naturales de los Mallos de Riglos fueron formadas por la orogenia alpina, iniciada hace unos 65 millones de años.
En el Mioceno, toda la cuenca o depresión del Ebro era un mar en que se iban depositando sedimentos rocosos que con el tiempo se fueron levantando.
Las peliculares formas de los Mallos, que llegan a los 275 metros de altura, es obra de los efectos de la erosión y el tiempo sobre los conglomerados de diferentes durezas y resistencia.
Una veintena de estas formaciones componen un paisaje único, paraíso de escaladores y que llevan nombres tan peculiares como el Puro, la Visera, el Pisón, Cuchillo, Aguja Roja, Firé, Os Fils...
Firé y Pisón son nombres provenientes de antiguas Casas de Riglos.
Desde el mismo pueblo de Riglos parten senderos, algunos circulares, que acercan y permiten disfrutar de estas maravillosas montañas mágicas del Alto Aragón.
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