Tesoros de mundos ya casi perdidos... Mas en Peñarroya de Tastavins, Aragón.
Las masías, mases, masadas... como ancestrales modelos de poblamiento y hábitat rural autarquico y disperso, hoy al borde de la extinción.
Mansus, palabra latina que viene a decir algo así como morada, y que podría haber evolucionado hacia el manso medieval y después, los mases, las masías...
Herencia, muchas veces, de los años de la llamada Reconquista, de nuevas gentes, nuevos asentamientos y muy frecuentes en estas sagradas y benditas tierras de Teruel, en el Matarraña, Maestrazgo, en Gúdar-Javalambre, pero también en Andorra-Sierra de Arcos, Cuencas Mineras...
La Masía o el Mas es toda la unidad familiar de producción agrícola-ganadera que explotaba las tierras de labor y pastos de la redolada más inmediata
De este modo, desde tiempos inmemoriales, allí donde había tierras suceptibles de cultivar y pastizales para alimentar al ganado, aunque fuera en lo más recondito del mundo, surgía un Mas.
Aparte de las propias dependencias destinadas a vivienda y acomodo de los animales en corrales y parideras, se desarrollaban otras construcciones inherentes a la propia existencia vital, como pozos, aljibes, balsas, fuentes, el horno-forn de pan, lagar-trujal-prensa, el pajar, la era, la bodega...
Hay cientos y cientos de masadas y he elegido esta porque está -aún- integrada en una naturaleza pura (la misma por la que aún siguen luchando, a trancas y barrancas y a expensas de muchos buitres especuladores disfrazados de "tecnologías sostenibles", muchas gentes del Matarraña y otras comarcas) y conserva, casi íntegramente, su fisonomía tradicional de toda la vida.
El sol, fuente de vida, aún acaricia débilmente unas viejas y mágicas piedras que se resisten a desaparecer.
Mística y lírica ... en Peñarroya de Tastavins, Matarraña... Teruel Existe, Resiste y Enamora !!
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