Entrañable familia aragonesa de Santolea, en los años 20... Abuela, padres y hermano pequeño del gran Miguel Perdiguer, médico pediatra, fotógrafo y Bajo Aragonés de Honor, que falleció el domingo, a los 103 años de edad.
Miguel Perdiguer nació en 1918 en el hoy desaparecido pueblo turolense de Santolea por la construcción de un pantano, fue querido pediatra de unas cuantas generaciones de bajoaragoneses y gran fotógrafo que nos ha dejado un valioso archivo de más de 120.000 imágenes.
La mayor parte de su vida la pasó en Alcañiz donde echó raíces en 1947 cuando terminó en Madrid la especialidad de Pediatría y Puericultura.
Miguel Perdiguer nació en el seno de una humilde familia de labradores. Su madre, Trinidad, tuvo cuatro hijos pero solamente sobrevivieron los dos más pequeños, Manuel y Miguel.
En aquellos años la localidad de Santolea contaba con 800 habitantes e iban a la Escula unos 60 zagales.
Con la construcción del pantano quedaron inundadas las tierras más fértiles del pueblo y la familia Perdiguer como todas las restantes, tuvo que dejar su casa y emigrar.
Escogieron Mas de las Matas a donde Miguel llegó con 11 años.
El maestro vio que el chaval valía para estudiar y aconsejó a su padre, Miguel -que montó un vívero con las cuatro perras que le dio la CHE por las tierras de Santolea-, que lo mandara a estudiar.
El vívero iba bien y con un rédito de 1.000 peseta, a Miguel lo enviaron a un colegio de "segunda fila" de Zaragoza, según sus propias palabras.
"Cuando uno termina el Bachiller, tampoco tienes muy claro que estudiar. Por lo general estudiábamos carreras que estaban en Zaragoza, por que la gente que no teníamos medios económicos, no podíamos ir a estudiar a otras capitales más lejanas. De hecho la mayor parte de los médicos procedíamos de las clases humildes, como era mi caso, mi padre era labrador de Santolea, que tenía un mulo y criaba sus cerdos"... contaba Miguel Perdiguer cuando le preguntaban como se decidió por la Medicina.
Pasó un año de médico interino en Beceite y al siguiente, se fue a Madrid a hacer un curso preparatorio para ingresar en la Escuela Nacional de Puericultura, obteniendo el título en dos años.
En Alcañiz desempeñó su profesión de pediatra durante 51 años, hasta que se jubiló en los años 80.
Fue también anestesista y de hecho, introdujo la anestesia moderna en Alcañiz.
Su mayor afición fue la fotografía, y gracias a ello se ha podido ir recomponiendo como era la vida en su pueblo natal, en Santolea.
En el año 2004 se publicó el libro "La mirada detenida" con un buen número de sus fotografías.
En el año 2007 fue galardonado con el Premio al Mérito Profesional de la Real Academia de Medicina de Zaragoza.
El Grupo de Comunicación “La Comarca”, nombra a Miguel Perdiguer Aguilar Bajoaragonés de Honor en el 2008.
Fue también Premio nacional de fotografía del Banco de Santander y el de la Asociación Española de Farmacia de Letras y Artes 2010.
Con más de 100 años seguía conduciendo, cuidando su huerto y siempre se le veía con su cámara de fotos colgando y es que le gustaba retratar "todo lo que se me presenta por delante".
"Las fotos bonitas no tienen que ser especiales, debes ver lo que otro no ve".
Hombre sencillo tenía consejos bien sencillos para llegar y llegar bien como él, a los 100 años...
"Hay que intentar comer sencillo y mejor escaso, no fumar y ser austero en la vida, ordenado, de buen conformar, no ser egoísta y sobre todo, no ser envidioso, porque la envidia siempre es una mala compañera de viaje.
Si es posible ser poco comedor, no fumar
Sirvan estas líneas como homenaje a Miguel Perdiguer, gran médico y fotógrafo, y sobre todo, una gran persona.
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