Con las viejas y mágicas piedras del Monasterio románico de San Pelay de Gavín en las Tierras de Biescas.
Hechizantes ruinas de lo que fue el Monasterio de San Pelai, una de las joyas de las llamadas "Iglesias del Serrablo" que atesora la hermosa Tierra de Biescas.
Viejas y mágicas piedras que fueron redescubiertas y localizadas allá por las últimas décadas del siglo pasado de un monasterio altomedieval con amplias referencias documentales desde los siglos X-XI, pero del que se desconocía su ubicación exacta.
El Monasterio de San Pelay se encuentra emplazado en un rincón bellísimo, en la orilla izquierda del río Sía, frente al pueblo de Gavín, del que parte un sendero señalizado y cuidado que nos acerca en grata excursión hasta sus ruinas.
Sucesivas campañas arqueológicas han sacado a la luz cripta, escalera de caracol, pasadizo abovedado, naves de la iglesia, una torre y otras dependencias monásticas.
Destaca un fascinante ábside de los tres con que contaba el monasterio, que al exterior todavía conserva una banda con cuatro arquillos ciegos de claro estilo lombardo, rodeado de unas cuantas tumbas de lajas.
Actualmente el lugar se encuentra protegido de la erosión y de los elementos atmosféricos por un gran parapeto y cuenta con paneles informativos que valorizan el monumento.
Se respira -tal vez como en aquellos siglos lejanos en que los monjes ocuparon este lugar- paz, sosiego y tranquilidad en este pequeño y fascinante enclave de la Tierra de Biescas... en el corazón de los Pirineos, Alto Aragón.
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