"Los domingos no se trabaja" ...inmersos en la poesía y el halo mágico del antiguo Molino harinero de Bernal.
Como si de un viaje al pasado se tratara...nos adentramos en lo que hoy, bien podría ser un "santuario popular", donde el silencio no nos impide, en absoluto, oir los saludos, las risas, los arriba abajo, los tratos del molinero y de aquellos que hasta aquí se acercaban con sus animales y carruajes cargados de talegas de trigo para molerlo ...y así poder tener el pan que permitía el día a día de las gentes que nos precedieron.
El Molino de Bernal ya no funciona ...pero está todo casi como si lo hiciera todavía.
Se nota enseguida que sus propietarios, sus herederos ...lo aman. Y lo aman profundamente.
Le han apañado algunas paredes que ya no resistían el paso del tiempo y han querido conservar la maquinaria que entonces se utilizaba.
Y en él aún pervive el espíritu de los que lo habitaban y trabajaban.
Los molinos son una de las edificaciones de arquitectura popular y cultural que peor han resistido la "modernidad", el "progreso" ...el abandono y el paso del tiempo.
Hay algunos -los afortunados- que se han recuperado para viviendas -los más próximos a los cascos urbanos, por lo general...- ...pero una gran mayoría, en su soledad y aislamiento...o están arruinados ...o van camino de la ruina absoluta.
Si alguno de vosotros os adentráis en el Molino de Bernal de Barrachina ...respetad su silencio, respetad su integridad...todo lo que hay en él...es sagrado.
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