Con un pequeño -gran- tesoro de los que cada día van quedando menos... aquellos entrañables letreros antiguos de chapas esmaltadas que anunciaban el nombre del pueblo a los viajeros que llegaban.
Un auténtico milagro que a pesar de los mil avatares de la vida, siga en su sitio...y deleitando con su presencia a quienes nos gustan los detalles sencillos pero también grandiosos.
Patrimonio histórico, popular y cultural a conservar, preservar y proteger.
Amando Peracense, con sus mágicas piedras royas, a la sombra de su famoso castillo rojo roquero...
Siempre a descubrir y redescubrir, en un espacio natural privilegiado.
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