En una de las salinas - balsas de evaporación y decantación de las Minas de Sal de Remolinos, Aragón.
Las Minas de Sal continúan siendo -desde al menos la época romana en la que se pagaba el "salario"- uno de los principales motores económicos del bello y sorprendente pueblo de Remolinos, en la Ribera Alta del Ebro.
Al Razi, geógrafo musulmán ya menciona el suministro de esta sal a la ciudad de Zaragoza.
Los Montes de El Castellar que dan cobijo -junto al río Ebro- a Remolinos, están horadados en kilómetros de profundidad mediante túneles que llegan al preciado mineral de sal gema y que luego será decantado en extensas y poco profundas balsas - salinares en las proximidades del pueblo.
Actualmente y además de la mundialmente famosa para el deshielo invernal en las carreteras, todavía se extrae y se comercializan todo tipo de sales... tanto para la alimentación humana como para descalcificación, ganadería, industria, salmuera...
Son muy apreciados en el mercado nacional y europeo, por su gran calidad natural, los bloques de sal para la nutrición animal.
Magia en Remolinos...magia en la sal de sus entrañas.
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