viernes, 13 de junio de 2025

La fe del carbonero...

 


 

 
Gentes de leyenda y oficios de otros mundos... carbonero atendiendo a su "cabera" en Los Pirineos ...hace ya, bastantes décadas...
Pocas vidas más duras que la de aquellos carboneros de los montes.
Monte arriba, monte abajo.... iban los carboneros por trochas que, muchas veces acababan en barrancos infernales, en busca de leña para tronchar, cortar con el hacha, carriar y dar vida a sus carboneras y a la suya propia.
El "horno" precisaba una atención completa durante días por lo que el carbonero debía de vivir en su entorno y en pleno bosque.
Cuevas, abrigos naturales, refugios precarios o chozas y casillas improvisadas eran su hogar para él y a veces, también para su familia, durante aquellas largas e interminables jornadas.
La sabiduría popular siempre les recordaba que la madera debía de cortarse en las noches de luna nueva para que el fuego fuera vivo y el carbón resultante de calidad.
Construir una "carbonera" era todo un arte.
De la magia desplegada por el carbonero sobre esa especie de "túmulo" manual que solía alcanzar los dos-tres metros, surgiría el carbón vegetal que luego se empleaba para el trabajo de los herreros, caldereros y por supuesto, para la cocción de los alimentos y para llenar los braseros -con el peculiar "picón"- en los duros e interminables días invernales.
Pero antes, también había que acarrearlo en caballerías y carros desde esos mundos recónditos del bosque hasta los pueblos y luego, venderlo.
Llegaban ennegrecidos a las lonjas y plazas de las poblaciones con sus silbatos y trompetillas para ofrecer su laboriosa mercancia a las gentes del lugar.
Todo este proceso ancestral que se pierde en la memoria de los tiempos, duraría en muchos lugares, hasta mitades del s.XX.
El butano, el petróleo, la electricidad... en suma, la llegada de los tiempos modernos, acabarían definitivamente con las caberas y los carboneros.
Hoy en día, si uno se confunde de sendero en nuestros montes y sierras siguiendo una trocha desdibujada que termina sin más en el bosque... posiblemente, ese camino ...era de carboneros.

La fe del carbonero...
En su memoria y pequeño homenaje van estas líneas.

 

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