Una buena parte del templo fue destruido en la triste e incivil guerra española del siglo pasado.
Afortunadamente se salvó el ábside original de la iglesia que está datado hacia el s.XII, siendo el resto de la edificación de factura moderna ya que fue reconstruida en décadas posteriores.
Es tradición oral en el lugar que durante aquella triste contienda también se perdió, aparte de la nave, un arco de herradura posiblemente preexistente a la iglesia románica.
Al exterior, unos simples pero hermosos canecillos sustentan la cornisa del ábside, bien centrado por el característico y alargado vano del románico.
Al interior, una breve lesena ornamental recorre el ábside a modo de pequeño contrafuerte.
El irresisible hechizo de la sencilla belleza del románico en Biescas, en la magia del corazón de los Pirineos... Alto Aragón.

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