Cuenta la historia, cuenta la leyenda... que siglos ha y durante el duro y prolongado asedio que sometieron los cristianos a los musulmanes que defendían el castillo durante la llamada "Reconquista", estos bajaban para poder saciar la sed y rellenar los vacíos aljibes, sigilosamente durante las noches hasta llegar a las aguas del río Ebro, por un pozo construido en el recinto de la fortificación y en la vertical de las entrañas de la montaña que les daba cobijo.
El jefe árabe del castillo tenía una hija pequeña, Laz, a la que desde ya muy niña, su padre advirtió de la peligrosidad de acercarse al pozo ya que caer en él suponía la desaparición en las profundidades de la tierra.
Pero Laz, era una niña inquieta, y un día y a pesar de las prohibiciones, no pudo resistir la tentación de acercarse al borde del pozo... sí, y con tan mala fortuna que cayó en él.
Por mucho que la buscaron no la supieron encontrar a pesar de que su padre desesperado ordenó a sus súbditos que cavaran más agujeros transversales por si hubiera quedado atrapada en alguna diminuta oquedad.
Cuando los cristianos conquistaron por fin el castillo, esta desgarradora historia es la primera que oyeron a los vencidos y es la misma que generación tras generación ha pasado oralmente a las gentes de Sástago.
Esta tradición oral es la que han contado los padres a sus hijos en sus excursiones por el castillo para advertirles de la peligrosidad de acercarse al pozo ya que en él dicen que habita una mora encantada que hechiza a todo el que asoma ...arrastrándole hasta sus profundidades.
Hoy en día, el castillo arruinado está sumido, al igual que la Ermita del Pilar que se encuentra en su recinto, en el más absoluto y silencioso abandono y olvido.
Aún conserva algunos de sus entonces poderosos muros y murallas de típico tapial y mampostería árabe y donde sobrevive abierta dolorosamente una torre que pudo tener hasta cuatro plantas.
Debió de ser una imponente fortificación que controlaba desde el llamado "Cerro de la Rosa" el río Ebro a sus pies y con el pueblo de Sástago no lejos y en el inmediato horizonte.
Cuentan los que se aventuran en la noche a pasear por el castillo y acercándose con prudencia al entorno del pozo que, a veces, se oyen voces femeninas y que sobre las aguas del río Ebro se refleja la figura de una mujer con vestiduras blancas y que vaga cual alma en pena.
Fantasía o realidad, el Castillo de la Palma aún te transporta a otros tiempos, a otras civilizaciones y te regala unas panorámicas impresionantes....en éstas mágicas y subyugantes tierras de Sástago, en la Comarca de la Ribera Baja del Ebro.
