El día que la ciercera de Zaragoza desmelenó al genio Albert Einstein cuando vino a dar dos conferencias en la Facultad de Medicina y Ciencias de la capital aragonesa en el invierno de 1923...
Cuentan los cronistas de la época, cuenta la historia, cuenta la leyenda que el buen y genial amigo Albert Einstein -que por entonces ya era Premio Nobel- llegó a Zaragoza el lunes 12 de marzo de 1923 acompañado de su segunda esposa -y prima hermana, por partida doble- Elsa Löwenthal.
Acudieron a recibirlos personalidades de la época como el doctor Royo Villanova (que actualmente tiene a su nombre calle y Hospital en el Barrio de San Gregorio), el químico Antonio Rocasolano (toda una institución en la ciudad y que acababa de recibir la Cruz de Alfonso X el Sabio. ), el general Mayandía (también con calle cerca de la antigua Estación de El Portillo y que sería ministro en la inminente dictadura de Primo de Rivera) y el entonces consúl de Alemania y fotografo afincado en la ciudad del Ebro, Gustav Freudenthal.
A Freudenthal le acompañaba su hermosa hija Margarita quien regaló un ramo de flores a Elsa.
Como curiosidad a este respecto se decía que Einstein solo le regalaba a su mujer libros ya que consideraba que estos si eran para siempre y no las flores que solo duraban unos días.
De Elsa se hablaba de que realmente era ella la que decidía donde iban, donde comían, la que le preparaba las maletas e incluso le proporcionaba el dinero que el genio necesitaba. De este modo, el podía dedicarse en cuerpo y alma a lo suyo sin interferencias.
Einstein dio dos conferencias de gran nivel científico en lo que actualmente es el Paraninfo de la Universidad, una el mismo día que llegó y la otra, el 13 de marzo, por las cuales dicen que cobró 575 pesetas por cada una y unas 250 pesetas para gastos.
El matrimonio se alojó en el hoy desaparecido Hotel Universo y Cuatro Naciones que entonces era de los más lujosos y que estaba en la calle San Gil, Don Jaime I, a la altura de la Plaza Ariño.
A Einstein le gustaba andar y no paró quieto esos días en que curiosamente celebró en tierras aragonesas su 44 cumpleaños.
Visitó las dos catedrales de Zaragoza, El Pilar y La Seo, La Lonja, el Palacio de la Aljafería, Casino Mercantil con comida incluida... e incluso le dio tiempo de asistir al Teatro Principal para ver "La Viejecita", zarzuela cómica de Miguel Echegaray de éxito en esos días.
Se cuenta que en uno de los almuerzos le homenajearon con la actuación de una rondalla tradicional aragonesa, con la que se emocionó especialmente cuando abrazó y besó en la frente a una de las jóvenes joteras, en un gesto paternal y de admiración.
En casa del fotógrafo Freudenthal tocó el violín durante una sobremesa y no olvidó visitar el laboratorio de Rocasolano donde aquel le hizo una de las fotografías que se conservan de la estancia del famoso científico en Zaragoza.
En una de las comidas a las que fue invitado y antes de marchar coincidió con el filólogo Domingo Miral, a quien dicen que le confesó emocionado que "solo en Zaragoza había percibido las palpitaciones del alma española" aunque antes había visitado Barcelona y Madrid.
El día de su cumpleaños, 14 de marzo de 1923, en el rápido de la tarde, los Einstein, Elsa y Albert, partieron hacia Bilbao.
Einstein ya no volvería nunca más a España.
Albert Einstein tiene actualmente una calle a su nombre en el Polígono Cogullada de Zaragoza.
Fotografía de la Antigua Facultad de Medicina y Ciencias de Zaragoza de 1922, Julio Requejo.
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