Cuenta la leyenda que en tiempos remotos se encontraba en este cerro situado sobre la Laguna de Gallocanta una joven pastora con su pequeño rebaño.
Pero ese día no fue uno cualquiera...ya que se le apareció la Virgen en forma de peregrina.
Abrió de inmediato la pastora su morral y le dio el pan que tenía para comer ya que la vio tan blanca que pensó que pasaba hambre, mucha hambre.
Le preguntó que por qué llevaba una cuerda colgando al hombro y le dijo la Virgen que era porque los de Velilla de Jiloca la ataban a una mula para llevársela a su pueblo pero que ella no quería y siempre se escapaba para volver a la Laguna de Gallocanta para poder seguir viendo el vuelo de los pájaros.
Pero, amigo...los de Velilla de Jiloca, volvían siempre y por supuesto, otra vez para el pueblo.
La zagala le dijo a la Virgen que lo que tenía que hacer es zanjar el asunto con un milagro...
¿Cómo? ...le preguntó la Señora.
Muy sencillo, junta en ésta loma a las gentes de Velilla de Jiloca y de Gallocanta y coloca arriba del todo un puchero redondo que yo te dejaré...
Si el puchero rueda pendiente abajo...quiere decir que tendrás que ir con los de Velilla, pero si lo hace cuesta arriba, entonces te quedarás en Gallocanta.
Así se hizo y de esta forma fue como el puchero rodó cuesta arriba raudo y veloz...y, por todo ello, aquí se edificó la Ermita de la Virgen del Buen Acuerdo.
Amén de cuantiosos actos milagrosos aún se recuerda en el pueblo como en 1834 la Virgen libró a la zona de la peste del cólera.
Dentro de la pequeña ermita y en la zona del cilindro ábsidal todavía se conserva bajo el altar el apeo original del templo.
Hay una tradición local que nos dice que dándole la vuelta gateando y con los portones cerrados...se cumple el deseo solicitado a la Virgen.
Gallocanta...Campo de Daroca...Zaragoza.
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