Además de condensar en poco espacio todas las esencias albarracinenses -aunando monumentalidad en su patrimonio civil con su singular arquitectura tradicional y popular-, esta pintoresca plaza emplazada en el centro de la población es un buen inicio para adentrarnos en el casco antiguo en lo que es un inolvidable viaje al medievo.
En esta Plaza del Ayuntamiento o Plaza Mayor es donde tenían lugar los días de mercado y donde se celebraban actos, concejos y reuniones que marcaban el presente y el futuro de la ciudad.
La plaza, en sus orígenes ideada antes del s.XIV, la preside el ayuntamiento que conserva un códice del siglo XIII que contiene el Fuero de Albarracín.
El edificio consistorial fue remodelado en el s.XVI por el afamado arquitecto francés Quinto Pierres Vedel y en su esquina derecha hay un mirador que permite disfrutar de una bellísima panorámica de la cara este de Albarracín y su maravillosa catedral.
Las construcciones de la plaza presentan magníficos soportales y balconadas corridas, algunas de ellas protegidas por bellas barandillas de forja.
Incluso hay un balcón esquinero que está reproducido en el llamado "Pueblo Español" de Barcelona.
Hermosura y armonía en la siempre señorial y apacible Plaza Mayor de Albarracín...en un paisaje natural y cultural que cala en lo más hondo del alma.
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