Desde tiempos ancestrales en el mundo de los pastores y de las gentes del medio rural, la aparición de estas flores significa que los días de dura faena de sol a sol son más cortos y que al llegar antes la noche -con su cena- ya no hace necesaria la merienda.
De ahí, su nombre... "Quitameriendas".
Esta flor, también llamada "falso azafrán" o "zafrán silvestre" detecta que el suelo está más frío después de los calores estivales y aparece aquí y allá y más tarde o más temprano, en función de las altitudes de los lugares y pastizales.
También es "flor sembradora" ya que marca que ya se pueden empezar a labrar las tierras en el ciclo de la vida.
O "flor chivata" porque era matemático que a los 40 días de su aparición empezarían a dar rosa los azafranes ...
En diferentes zonas de Aragón la "Quitameriendas" -Colchicum montanum- recibe nombres -recogidos de la tradición oral- tan sonoros y elocuentes como "aventa-pastores", "mataborregos", "zafrán borde", "escusabrendas" y también "espachaveraneantes", porque coincide con la época en que los pueblos pequeños vuelven a quedarse más solos ...
Aunque todavía es abundante en algunas zonas no hay que olvidar que esta entrañable flor es una especie endémica de la península ibérica, recordando siempre la gran importancia en las labores de polinización y dispersión que han jugado a lo largo de los siglos los hoy, en peligro de extinción, pastores con sus rebaños y sus ganados trashumantes.
Cuando caminéis por el monte, al ritmo que marca la propia naturaleza, dejaros llevar por la magia de la mirada, al cielo y al suelo... pero no perdáis de vista vuestra merienda, por si acaso os la quitan.
¡Vivan las "quitameriendas" y todos esos pequeños y mágicos rincones de Aragón !
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