Con el mágico universo de la forja y de los trucadores protectores de Albarracín, Aragón.
Rejerías, balconadas, barandillas, farolas, ventanas, puertas, aldabas... delicados y celestiales trabajos de forja que surgen aquí y allá recorriendo con gran placer -para todos los sentidos- uno de los pueblos más encantadores del mundo.
Mil y un detalles a descubrir o redescubrir en visitas mil a un pueblo que es siempre un auténtico paraíso.
Un paraíso cercano que llamando a su puerta une de inmediato lo terrenal con lo espiritual ....como en pocos lugares.
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