Y es aquí, en esta bellísima plaza, hoy de España y antiguo zoco árabe, donde tenía lugar desde tiempo inmemorial el mercado diario, el trasiego sin fin de las gentes del lugar y de más allá...
Y también, donde tenían ocasión todo tipo de manifestaciones y acontecimientos sociales de la ciudad.
Singular plaza con sus irregulares fachadas, "casas inclinadas", encantadores miradores y balcones corridos y "torcidos" y soportales con algunas columnas traídas directamente desde Bílbilis, la antigua ciudad prerromana y romana situada a unos kilómetros de Calatayud.
Una plaza donde lo primero que ve, bien sorprendido, el que llega a la ciudad por primera vez, es que las casas "parece que se van a a caer unas sobre otras" o que los edificios "da la sensación de que se están sujetando unos a los otros"...
Y algo de todo ello hay ...ya que la ciudad de Calatayud está asentada sobre suelos compuestos por yesos y calizas, a los que la proximidad del río Jalón todavía los hace más inestables debido a la permeabilidad de sus aguas.
Pero -con algún susto incluido con alguna de las casas- esta plaza de origen medieval sigue bien asentada y conservando el sabor de lo añejo, las esencias y fragancias de ese Calatayud que siempre enamora en todas las visitas.
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