Dicen que donde se está a gusto, valiente rato...
y aquí, en esta remodelada y mimada Plaza de Florentino Nonay (o de la Iglesia) de Sestrica eso es lo que hay que hacer... incluso cuando el tiempo no quiera acompañar en demasía.
Desde esta parte alta del pueblo y, en la que es una de sus plazas más emblemáticas, se disfruta de amplias y bellas vistas paisajísiticas hacia la Sierra de la Virgen y su famoso Alcornocal.
También se admira en lo alto la esbelta "Torre de los Urrea", torre de señorío, posiblemente anterior al s.XIV (aunque ya existen referencias a la fortaleza en el año 944) y hoy en día, único resto que nos ha llegado del antiguo castillo - fortificación del lugar.
La torre ha perdido sus almenas y la pena es que tampoco es posible llegar a ella ya que se encuentra rodeada en su totalidad por casas y otras edificaciones que impiden el acceso.
También resultan fascinantes los diferentes juegos de volúmenes que han resuelto el conjunto exterior de la Iglesia de San Miguel Arcángel, templo barroco edificado en el s.XVII.
A su lado se conservan lo que eran unos antiguos corralachos y, en el lugar de unos antiguos pajares que existían -y fuera de mi fotografía-, se han construido unas escaleras con piedras royas del país que ascienden a la calle del Castillo.
Magia, mucha magia por descubrir ...o redescubrir en Sestrica, tesoro oculto de los montes ibéricos zaragozanos.
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