La tradición atribuye al ermitaño P. Selleres -que vivía en una cueva en la montaña- el descubrimiento de las propiedades terapeúticas de los manantiales cercanos al nacimiento del Río Aguasviva, cuando bajaba a bañarse. En 1710 el Cabildo levantó en el lugar una capilla a la Virgen del Carmen, lo que atrajo gran número de enfermos. En el siglo XVIII ya existía una hospedería. En 1860 disponía de una buena fonda de dos pisos y tres casas con habitaciones. Dos avenidas -1913 y 1919- del río destruyeron parte del complejo. Rehabilitado, funcionó ininterrumpidamente desde 1949 hasta 1986. Continuos saqueos obligaron al cierre.
Hace unos años se destruyeron todos los edificiones tradicionales que se conservaban para levantar un complejo totalmente ajeno al lugar paradisíaco donde se encuentra.
La fotografía antigua es de los años 50 de de Francisco López Segura.
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