jueves, 9 de mayo de 2024

La mágica subida al Castillo roquero de Embid de Ariza, Aragón.



 La increíble situación de este pequeño castillo, en lo alto de un risco rocoso, lo convirtió prácticamente en una fortaleza inexpugnable durante la llamada "Guerra de los Pedros" en el siglo XIV y hoy hace que sea considerado una de las construcciones medievales militares más singulares no solo de Aragón sino de toda Europa. 


Actualmente es posible el ascenso hasta el mismo castillo gracias a un sendero equipado en algunos tramos con sirgas de seguridad y alguna cadena y peldaños metálicos para facilitar la progresión. 


No obstante, en algún momento hay una real sensación de vacío por lo que no es recomendable para las personas que sufran de vértigo. 


Y en todo caso, para todos, es recomendable una buena preparación física e imprescindible calzado adecuado de montaña para acometer el camino. 


Un único camino permitía el ascenso desde el pueblo y para aumentar aún más si cabe su protección, se levantó una gran muralla de tapial y piedra, de la que aún queda un gran fragmento.
Esta muralla está considerada una de las de mayor pendiente de toda la arquitectura militar española. 


Durante todo el trazado se disfrutan de magníficas panorámicas sobre el pequeño y pintoresco pueblo de Embid de Ariza y el valle y estrechos del río Argadir (también conocido como Henar y Deza). 


El río va encajonado entre escarpadas paredes y peñascos rocosos formados pacientemente a lo largo de la historia de la humanidad por los procesos erosivos del agua. 

 
Desde el Paleolítico, hace más de 20.000 años, el especial microclima del valle junto con la protección de cavidades rocosas y la existencia de aguas termales han contribuido al asentamiento de diferentes poblaciones en estas fascinantes tierras. 


Los numerosos plegamientos que se observan desde la subida al Castillo se formaron durante la orogenia Alpina, en el periodo Oligoceno-Mioceno, hace unos 30 millones de años.
Hoy en día, muchas de estas paredes son auténticos paraísos para los escaladores.

La integración entre la roca y el propio castillo es total, hasta el punto que a veces es difícil diferencias la construcción de la piedra natural. 


El castillo propiamente dicho se compone de un recinto rectangular, que al interior se estructura en tres plantas.
La terraza superior está rematada por otro torreón circular de unos tres metros de diámetro. 


En la actualidad no se puede acceder dentro de la fortaleza. 


Este enclave militar ya existía en el año 1.200 cuando el rey de Aragón, Pedro II, lo heredó de su madre Doña Sancha.
El momento histórico más importante del Castillo se vivió durante el transcurso de la Guerra de los Dos Pedros (1356-1369), entre Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón. 


Los desfiladeros que forma el río Argadir y que discurren bajo los abismos del castillo eran pasos claves entre Castilla y la Corona de Aragón.

Embid de Ariza... Comarca de la Comunidad de Calatayud... Zaragoza. 

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Labrando con la mulica y el borrico... hace unas décadas...

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