Poble Vell de Mequinenza derribado y casi "borrado" del mapa por la construcción de los pantanos de Mequinenza y Ribarroja en los años 60...
El viejo pueblo de Mequinenza "inundado por los pantanos" aún sigue poniendo en muchos sitios... cuando lo cierto es que apenas algún pequeño grupo de sus casas llegaron a ser tocadas por las aguas del Pantano de Ribarroja, cuya presa queda aguas abajo de la población y que supuestamente la iba a inundar.
El agua a veces llega hasta el viejo campo de futbol que ya se inundaba en la época de crecida del río...
Si, sus tierras más fértiles fueron inundadas... pero prácticamente la totalidad del viejo pueblo se salvó de las aguas.
Pero no contentos con hacer brincar a la gente, fue derribado, incluida su iglesia, por al fin y al cabo los mismos planificadores franquistas de pantanos de esos años funestos y oscuros de la dictadura.
Mequinenza era un pueblo próspero con una población de más de 6000 personas, atentamente vigiladas por su castillo en lo alto de la sierra.
Laúdes, mineros, barqueros, operarios y operarias de fábricas, pescadores, comerciantes... formaban parte de un paisaje de gran vitalidad en el viejo pueblo de Mequinenza.
Un pueblo, siempre en la historia, luchador y tenaz.
Con su resistencia a las obras faraónicas consiguieron que se construyera un pueblo nuevo a solo dos kilómetros del viejo.
El pecado del viejo pueblo fue estar al lado del río Ebro, cerca de la confluencia del Segre y el Cinca y en paisaje montañoso con prestancia a embalsar mucha agua aunque sea con monstruosas presas.
Y la presa de Mequinenza, que está -y recalcado, porque todavía no se lee con claridad en muchos puestos-, aguas arriba del pueblo, lo es.
Más de ochenta metros de altura tiene, embalsa más de 1500 Hm3 -formando lo que ahora se conoce como el "Mar de Aragón" y que llega más allá de Caspe-, inundando una superficie de casi 8.000 Ha.
Esta gran central hidroeléctrica aragonesa llega a producir más de 700 gwh, lo cual los que entienden dicen que es una barbaridad y que, además, actualmente se combina con una Planta de Cogeneración que aumenta la cantidad.
Pero nada de esto ha servido para evitar la regresión de la población de Mequinenza, ya que en el censo del año 2020 figuran censadas 2.279 personas, muy lejos de aquellas más de 6000 que fueron obligadas a abandonar sus tierras, sus casas y sus raíces.
Del Poble Vell de Mequinenza se puede recorrer uno de los pocos edificios que consiguieron salvarse de los derribos, las antiguas Escuelas, que actualmente son un Museo y un Albergue.
Las gentes de Mequinenza han conseguido dignificar los restos del Poble Vell, la planta y muros de su antigua iglesia, trazados de sus calles y plazas, alguna fachada...
Y también los restos de la casa natal del entrañable, querido e inolvidable escritor aragonés en lengua catalana, Jesús Moncada (1941-2005) que supo plasmar con gran maestría en su novela de lectura imprescindible, "Camí de Sirga" (1988), esas últimas décadas de la vida y condena a desaparecer de su pueblo.
Arriba, inmutable, aún sigue vigilando el lugar donde se encontraba el pueblo viejo, las aguas de los pantanos, la bella redolada, el Pueblo Nuevo... el Castillo de Mequinenza, que fue rehabilitado-reconstruido en parte por la misma Enher (Empresa Nacional Hidroeléctrica del Ribagorzana) en aquellas décadas y que parece ser aún se sigue utilizando como residencia de sus ingenieros.
Una estrecha pista asfaltada trepa hasta la fortificación desde las casas del mismo pueblo nuevo de Mequinenza aunque la visita acaba prácticamente allí en el mismo asfalto y bajo carteles amenazantes y poco tranquilizadores de "Propiedad Privada", "Prohibido el Paso"...
Una pena, porque el lugar podría ser una disfrutable atalaya sobre unas tierras de sufrimiento pero también de inmenso futuro.
Hasta aquí llega la falta de sensibilidad de los de siempre.
Futuro en un hoy, moderno, cuidado y agradable Pueblo Nuevo de Mequinenza, toda una referencia mundial para la Pesca y la Navegación y que entronca con una gran pasado en forma de museos, Museo de la Historia de Mequinenza en las antiguas Escuelas, Museo de la Mina y sobre todo, el Parque de la Memoria "Jesús Moncada" en el Poble Vell.
Jesús Moncada dejó escrito que cuando muriera quería que sus cenizas se esparcieran por las calles de su amado pueblo, el Poble Vell de Mequinenza y allí quedaron y siguen, junto a las viejas y mágicas piedras que no consiguieron derribar y que siguen contandonos entre quejidos y soledad la vida de aquellos que las vivieron y sufrieron.
Poble Vell de Mequinensa - Pueblo Viejo de Mequinenza ...siempre en la memoria y nunca en el olvido... un lugar imprescindible en la Comarca del Bajo Cinca-Baix Cinca... Zaragoza.