En lo alto del valle - rambla - cañón del Aguallueve de Anento y sobre su margen izquierda, justo en el lado opuesto al castillo medieval, se encuentran los restos del despoblado de San Cristóbal ...destacando las hiladas de grandes bloques de piedras de lo que en su día debió de ser un torreón de grandes proporciones... que algunos entendidos datan en unos 200 a.C.
Mirando detenidamente alrededor del torreón y entre la maleza aún se adivinan algún foso de defensa, otros muros y vestigios del despoblado.
Desde aquí hay una panorámica fantástica sobre el bello pueblo de Anento, los escarpes-cueva y silueta de su castillo medieval y montañas del valle medio del Jiloca.
Merece la pena acercarse hasta aquí, por buenos senderos desde Anento... alargando un poco la excursión que normalmente se suele realizar hasta el Aguallueve, para hacernos una idea del gran control visual que tenían los antiguos pobladores del lugar y calibrar en su justa medida la gran belleza natural con grandes contrastes de colores y texturas que atesora el lugar.
Algunos dicen que éste punto fue territorio de los Belos...y actualmente lo es del deleite de los sentidos.
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