domingo, 22 de septiembre de 2024

La grandiosidad de la Ermita románica de Iguácel en el Valle de la Garcipollera, Pirineo Aragonés.

 

 


 

 

Con la siempre fascinante, mágica y monumental Ermita románica de Santa María de Iguácel, Valle de la Garcipollera, Pirineo Aragonés.
 
Cuenta la historia, cuenta la leyenda, que aquí, en este maravilloso enclave ubicado al final d´A Garzipollera, es donde un buen día, que se pierde en tiempos inmemoriales, se le apareció la Virgen a un pastor, mientras bebía agua en una fuente que todavía se conserva y de la que se dice posee propiedades curativas y milagrosas. 
 
La fuente sigue siendo mágica, hechizante el praderío que rodea la ermita y majestuoso el pinar y los montes que la amparan.
Difícilmente se puede elegir un lugar mejor para edificar un grandioso monasterio, anterior al s.XI y del que solamente nos ha llegado su iglesia. 
 
Son sus mismas viejas y mágicas piedras situadas en la misma portada las que nos hablan de que fue FUNDADA, EDIFICADA Y acabada en el año 1072 y de que en aquellos días era Sancho Ramírez quien reinaba en Aragón. 
 
Es un gran y sobrio edificio de sillarejo, con nave única y característico ábside semicircular con bóveda de horno precedido por un pequeño prebistero con bóveda de cañón.
En su interior y ábside se conservan un magnífico conjunto de pinturas pictóricas de estilo gótico que muestran a la Virgen y doce santos.
La bellísima talla románica de la Virgen se custodia, junto con la reja original que cerraba el ábside en el siglo XI, en el Museo Diocesano de Jaca. 
 
Es tradición oral que se realizaban a la ermita diversas romerías a lo largo del año.
La primera el 25 de abril, día de San Marcos. Se cantaban letanías y se oficiaba una misa.
Otra romería se hacía la víspera de Corpus Christi.
Acudían los ocho pueblos de la Congregación de Iguácel: Larrosa, Acín, Villanovilla, Bescós, Yosa, Bergosa, Cenarbe y Castiello. A la misa se añadía una procesión exterior con la imagen y las cruces de los ocho pueblos.
La romería más importante se llevaba a cabo el 2 de julio, festividad de la Visitación. A esta acudían todos los pueblos de la Jacetania.
Se realizaba una procesión en el exterior, en la que los asistentes se agrupaban en dos filas y pasaban entre las cruces. Seguidamente venía una misa y, por la tarde, vísperas, rosario y salves cantadas.
 
A mitades del siglo XX la dictatura franquista expropió todas las tierras del Valle de la Garcipollera para plantar pinos que impidieran la sedimentación del Pantano de Yesa.
Sus gentes fueron forzadas a abandonar sus casas, sus tierras y sus raíces, conllevando la pérdida de gran parte de las tradicionales romerías que se realizaban.
Actualmente se realiza una romería el segundo domingo de Julio. 
 
Durante casi 25 años las voluntariosas gentes de la Asociación Sancho Ramírez de Jaca han venido realizando visitas guiadas a la Ermita de Nuestra Señora de Iguácel, Virgen de la Garcipollera, logrando con ello la difusión, cuidado y mantenimiento de este sagrado y mágico lugar.
En julio de 2018 la Diocésis de Jaca llevó a los tribunales al Gobierno de Aragón por la propiedad de Santa María de Iguácel.
A los jerifaltes de la iglesia, salta a la vista, no les interesan ni las iglesias parroquiales ni las ermitas con problemas de mantenimiento y protección de tantos y tantos despoblados y pequeños pueblos, dicen que con nulos o pocos feligreses.
No les gustan, sus días de gloria pasaron y están demasiado arruinadas.
Son más gozosos y disfrutan de mayor cielo con los templos bien cuidados por las gentes del lugar o los bien conservados gracias a los impuestos de todos.
La Ermita de Iguácel la han conservado los aragoneses, las gentes del lugar. 
 
Donde realmente hace buena falta el manto y la mano de Dios y de sus emisarios es en las muy cercanas y próximas iglesias, también románicas y arruinadas, de Larrosa, Acín, Cenarbe, Yosa de Garcipollera, Bescós de Garcipollera, Villanovilla, Bergosa...
Amigos jerifaltes de la Iglesia, no deberían de olvidarse nunca de que Dios aún sigue en esos olvidados lugares y no solo en donde entra la luz del dinero del todos. 
 
Ermita de Santa María de Iguácel, Virgen de la Garcipollera en Larrosa, mágica energia en la Comarca de la Jacetania... Alto Aragón.
 
 
 

 

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