Los grifos son seres mitológicos cuya parte frontal es la de un águila gigante y la posterior de un león.
Poseen pico afilado, patas musculosas, garras poderosas y una larga cola.
Se cuenta que estas criaturas arrojaban fuego por un orificio situado junto a su nariz y aire helado por la boca proveniente de sus pulmones. Su rugido hacía temblar la tierra y al batir sus alas podían provocar maremotos.
La primera representación de un grifo aparece en el arte del Antiguo Egipto, antes del 3.000 a.C.
Para la mitología clásica los grifos eran animales de luz. Estaban consagrados a Apolo, dios del sol, y tiraban de su carro en el viaje diario que este emprendía de Oriente a Occidente.
En la mitología griega, los grifos eran conocidos por proteger tesoros y posesiones invaluables.
En la cultura egipcia, estaban relacionados con el dios del sol y se adoraban sus cualidades protectoras.
En la cristiandad, al ser el grifo un ave aérea y una bestia terrenal era considerado un símbolo de Jesús, que era a la vez humano y divino.
"Cristo es león porque reina y tiene la fuerza; águila, porque, después de la resurrección, sube al cielo", dejó explicado en sus Etimologías, Isidoro de Sevilla, eclesiástico católico, erudito y polímata hispano de la época visigoda que fue Obispo de Sevilla y murió en el 636 d.C.
Isidoro de Sevilla fue nombrado por Juan Pablo II en el año 2001 como Patrón de Internet.
La bella portada labrada de los grifos de Bonansa pertenece a Casa Manelo, una casona tradicional de cuatro plantas del s.XVIII.
Bonansa... Comarca de Ribagorza... Alto Aragón.
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