En la mágica hora del universo único y centenario del Café de Levante de Zaragoza.
Cuando en 1.895 Agustín Charles decidió abrir el Café de Levante como un añadido a su tienda de ultramarinos que poseía pegada a la Puerta del Carmen de Zaragoza no imaginaría que más de 100 años después seguiría siendo uno de los locales más emblemáticos de la capital aragonesa.
En su primera etapa el Café de Levante permaneció junto a la Puerta del Carmen hasta 1.926.
A partir de 1.927 y hasta 1.976 estuvo emplazado en el cercano Paseo de Pamplona donde consiguió un permiso para instalar veladores y terraza nocturna.
Ya por entonces ofrecía "novedosos helados y granizados de más de 20 variedades".
Desde 1.976 el mítico Café de Levante se encuentra en la cercana calle de Almagro conservando el mobiliario, utensilios del antiguo, su ventanal y todas las esencias modernistas que han forjado su carácter único.
Siguen las antiguas mesas de mármol, los bancos tapizados, las vidrieras coloristas y en sus paredes cuelgan cuadros y antiguas fotografías de la historia del establecimiento.
Entrar en el Café de Levante es retroceder en el tiempo, impregnarnos del espíritu de las personalidades que antes han pasado por aquí y saborear sus inconfundibles chocolates, sus granizados, la horchata o la leche merengada...
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