Blanco como la nieve ... toda la familia encalando la fachada de casa, hace unas décadas...
Jabelgando y enjabelgando -que también así se decía- las paredes con cal viva, para mantener el calor a raya en el interior, como medida higiénico-sanitaria y de ahuyenta insectos y en algunos casos también como elemento protector en puertas y ventanas...
En ocasiones, a la cal se le añadía azulete y se obtenía un color precioso.
En muchos lugares se solía blanquiar en los días previos a las fiestas patronales.
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